No necesitas ser un faquir para poder acostarte en una cama de clavos.
Tú podrías hacerlo con la entera confianza de quenada te va a pasar. Pero ¿Por qué?
Lo que ocurre al acostarte sobre ella es que la fuerza, que en este caso es el peso de la persona, se reparte en todos los clavos. Dado que la cama cuenta con aproximadamente 5000 clavos, sólo hay que dividir tu peso entre 5000 y verás que la presión que ejerce cada clavo sobre tu cuerpo no es suficiente para que se encaje en la piel. Si en lugar de acostarte sobre la cama te acuestas en un par de clavos, entonces tendrás que dividir tu peso entre dos. En este caso, la presión que ejerce cada clavo es mayor y puede causar daño en tu cuerpo.